miércoles, 15 de febrero de 2017

ENTRE EL AUTOR Y EL EDITOR: ENTREVISTA A MARÍA JESÚS SÁNCHEZ GARCÍA



ENTREVISTA CON 
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ GARCÍA 
(DRAMATURGA)

con motivo de la publicación del libro

“ENTRE DAMAS ANDA EL JUEGO-TODO VA BIEN… ¿O NO?-DESDE ARRIBA: 
TEATRO PARA HACER CON JÓVENES”

en la editorial 
ESPERPENTO EDICIONES TEATRALES
Tapa blanda. 172 pág. 13,8 x 21 cm. ISBN 978-84-945155-7-6
http://www.esperpentoteatro.es/epages/78344810.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/78344810/Products/118
1.      Como dramaturga tu caso es algo especial, ya que partes de la necesidad de contar con textos teatrales para poder ponerlos en escena con tus alumnos. ¿Cómo funciona, en tu caso, la dialéctica entre escribir teatro, publicarlo y poner en escena tus obras?

Yo empecé a escribir teatro porque tenía, parafraseando a Pirandello, a “actores en busca de personaje”, es decir, mis alumnos querían hacer teatro, pero yo no encontraba ningún texto que ellos entendieran perfectamente, que pudieran interpretar con sensación de verdad. De ahí surgió la necesidad de escribir obras que les resultaran cercanas. No porque trataran siempre de su mundo, de hecho ninguna de ellas trata temas específicamente de adolescentes, sino porque sintieran que los conflictos que aparecen en ellas les son los que les rodean cada día. Mi manera de dirigir mis obras es un poco como la de los dramaturgos griegos en Atenas, salvando las distancias que en este caso son abismales, es decir, la escritura y la puesta en escena están tan próximas que se enriquecen mutuamente. Y  lo de publicarlas ha sido un regalo de la Editorial Esperpento, que ha tenido la osadía de pensar como yo que realmente hay un vacío editorial en el teatro para jóvenes.

2.      ¿Crees que el teatro va a tener un papel relevante en la cultura del siglo XXI? ¿Se puede seguir escribiendo teatro en estos tiempos?

Tengo una respuesta clara para eso, la de mis alumnos del instituto, que dicen literalmente “el teatro mola profe, es lo único que no nos podemos bajar de internet”.  El teatro es el único arte que lleva veintiséis siglos casi intacto, desde que alguien produjo el milagro de hacer creer a otros que había una persona que amaba o reía delante de ellos.  Y claro que hay que seguir escribiendo, tenemos la obligación de continuar emocionando a la gente “en directo”. Sin texto no hay teatro. Habrá otras experiencias escénicas, pero no teatro.

3.      En el libro que acabas de publicar en Esperpento Ediciones Teatrales incluyes tres obras aparentemente muy diferentes ¿Hay algunas constantes recurrentes en tus obras?

Si algo tienen en común  es que en todas hay una galería de personajes variopintos (muchos, porque hay que recordar que mis actores no cobran) que pretenden representar “tipos humanos” de los que nos rodean o a los que nosotros mismos pertenecemos, cada uno con su propio conflicto y casi siempre en soledad, a pesar de estar rodeados de gente. En sí mismos no son muy creíbles, pero tienen una pequeña dosis de realidad que hay que descubrir. Es el juego.

4.      Entre damas anda el juego es la primera de las obras. ¿Cuál es su planteamiento? ¿De dónde nace la idea primaria?

En mis clases de literatura siempre les decía que a mis alumnos que el fenómeno del teatro español del s. XVII era casi paranormal: trescientas personas prácticamente analfabetas que asistían a tres horas de teatro en verso absolutamente fascinados por lo que estaban viendo. Y quise explicarles un poco cómo funcionaba es “fenómeno “ por dentro. Por eso presenté una compañía de damas que iba de pueblo en pueblo y que por un momento se ve en la obligación de hacerse un poco feminista y dar una lección a un galán, mediante una comedia escrita por una de ellas, a la que nadie considera dramaturga. Algo que es bastante actual, por desgracia. O si no ¿cuántas mujeres dramaturgas conocen?

5.      ¿Es posible acercar los clásicos al público más joven y que no huya despavorido del teatro?

Depende. Los clásicos trasmiten un mensaje que no se puede traicionar. Podemos hacer toda la dramaturgia que queramos sobre ellos, para eso son tan perfectos que lo aguantan casi todo, pero, eso sí, sin tocar lo que nos quieren trasmitir. Por eso si queremos que lo entiendan debemos buscar aquellas obras que presenten para ellos un mensaje inteligible: esto es, en un ejemplo, más Otello y menos Hamlet, porque los celos los entienden fenomenal, pero la duda y la falta de acción  no va con ellos.
6.      En Todo va bien… ¿o no? enfrentas al público y los actores ante la necesidad de afrontar sus propios problemas. ¿Ha menguado la resistencia ante la frustración en esta nueva generación digital?

Lo que ha menguado es la capacidad de hablar sobre esos problemas. Si te fijas, la obra empieza con personas que hablan unas de espaldas a otras, y luego averiguamos que viven en la misma casa, que son incluso madres e hijas. Lo bueno del teatro es que no hay más remedio que hablar, no vale el whatsapp. En ese sentido es una buena terapia para los personajes.

7.      ¿Al contar tus obras con tantos personajes, dada la necesidad de repartir papeles, crees que consigues que estos sean de carne y hueso?

Tampoco lo intento. Jardiel decía de la escena “lo que aquí dentro ocurra tiene que ser lo más diferente posible a lo que pueda ocurrir fuera” y yo admiro muchísimo a Jardiel. Ya hay demasiadas películas con personajes reales. Los míos tienen un batiburillo de sentimientos imposibles para que cada cuál escoja lo que quiera.

8.      Desde arriba es una obra que consideras más extravagante. ¿En qué sentido?

Bueno, eso de que gente que ha muerto en un accidente de avión vea la tierra desde el cielo a través de un suelo de cristal, es una premisa ya de por sí extravagante. Pero lo raro de Desde arriba no es tanto eso como que la obsesión de esa gente no es otra que seguir mirando abajo. No hay cielo sin los otros.

9.      A propósito de esta obra, ¿qué temas consideras más adecuados para plantear a un público joven o adolescente?

No me gusta nada eso de “temas para adolescentes”. Los jóvenes entienden todo, el problema es que se les plantee de forma que les interese. Muchas veces tienen más cerca el paro, la muerte o las hipotecas sin pagar que el acoso escolar y las relaciones con sus padres.  Sin duda los temas que les interesan son sobre todo los que mueven el corazón, esas “pasiones universales” que decía Shakespeare.

10.  Para terminar, puedes decirnos ¿cómo llegaste a publicar con Esperpento Ediciones Teatrales? ¿Cómo ha sido tu experiencia con esta editorial?

Un amigo común, el dramaturgo Eduardo Galán,  me puso en contacto con Fernando Olaya, una especie de “Quijote” del mundo editorial que está dispuesto a publicar a nuevos dramaturgos. Tengo que decir que  la Ediciones Esperpento fue la primera editorial que me hizo una propuesta digna y no humillante, y que   trató a mis obras con un mimo y un respeto exquisito, cuidando hasta el último detalle de la edición. Solo puedo dar las gracias y esperar que este no sea nuestro único libro en común.


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